En abril de 2009 la Organización Mundial de la Salud declaró una emergencia de salud pública de importancia Internacional al detectar casos de infecciones por una nueva variante de Influenzavirus A (H1N1) en los Estados Unidos y en México. Durante ese mes y el siguiente, la inicialmente llamada gripe porcina llegó hasta 74 países.
El 11 de junio, la OMS elevó a 6 el nivel de alerta. Esto significaba el reconocimiento de la primera gripe pandémica del siglo XXI. Desde finales de abril hasta ese momento se habían confirmado más de 27.700 casos de infectados por el virus H1N1 y 141 fallecidos. Ahora bien, el nivel de alerta no atiende a la gravedad de la infección, sino a la extensión geográfica. Para el 1 de julio, el virus había llegado ya a 120 países y territorios.
Disparidad de datos: recuentos y estimaciones
La OMS advirtió que más de 150 millones de personas podrían morir a causa de la gripe A. En febrero de 2010 se había confirmado el fallecimiento de cerca de 15.000 personas en un total de 208 países; 373 de ellas, en España (si bien el 30 de diciembre de 2009 el Ministerio de Sanidad había dejado de hacer recuento).
El 10 de agosto de 2010, 16 meses después de aquel primer aviso, la OMS anunció el final de la pandemia y la entrada en una «fase pospandémica caracterizada por cuadros de gripe estacional tradicionales». Según su último informe en aquel momento, se habían contabilizado más de 493.000 positivos y habían fallecido 18.449 personas en 214 países.
Las primeras predicciones no parecían muy ajustadas a la realidad, pero la OMS matiza. Por una parte, que «la preparación para las pandemias de gripe resulta especialmente difícil porque la historia nos ha mostrado que el número posible de muertes varía enormemente». Por la otra, que «el número notificado actualmente de más de 18.000 muertes debidas a la gripe pandémica por H1N1 constituye un número mínimo, ya que estas cifras reflejan tan solo las muertes en las que la infección pandémica fue confirmada de manera individual mediante análisis de laboratorio». De hecho, estudios posteriores lo elevaron a 284.500 muertes, 15 veces más que los fallecimientos reportados por la OMS. Y, aún así, lejos de sus cálculos iniciales en los primeros meses de la epidemia.
Se reduce el contagio, final de la pandemia
En epidemiología es importante el R0, el número básico de reproducción de una enfermedad. Este parámetro indica el promedio de infecciones que causa un individuo contagiado. Si es menor que uno, «la enfermedad va a desaparecer en una población, porque en promedio una persona infectada va a contagiar a menos de una persona susceptible. Por otra parte, si R0 es mayor a 1, la enfermedad se va a diseminar». Este número puede ser distinto en cada país, va cambiando según la situación y, de hecho, lo que tratan de hacer las autoridades sanitarias ante un brote es reducir ese valor, la población susceptible de enfermar. Esto se puede favorecer con el aislamiento para diminuir los contactos y con vacunas hasta alcanzar la inmunidad colectiva. Además, hay que tener en cuenta la población que se ha recuperado de la enfermedad y ha desarrollado anticuerpos.
Para la gripe A (H1N1) se calculó un R0 medio de 1,46 (consultar esta tabla para más detalle). Pero observando esta figura con la estimación del R0 en España entre el 5 de octubre y el 22 de noviembre de 2009 se ve cómo cae por debajo de 1. Es decir, con el paso de las semanas, el virus se volvió menos transmisible y los brotes de gripe A volvieron a los niveles de intensidad de una gripe estacional.
Tras este descenso estarían la vacunación, la superación de la enfermedad e, incluso, la exposición al virus anteriormente. Este virus se caracterizó por atacar más a la gente joven. Así, un virus similar debió de circular entre los años 40 y 50 y la población ya desarrolló anticuerpos. También se planteó que en aquellas décadas todavía circulasen virus relacionados con la pandemia de 1918. Así pues, desde el momento 0 había menos personas susceptibles de enfermar.
En cuanto a la vacunación, en septiembre ya había varias vacunas autorizadas y China inició la campaña de inmunización entre miles de estudiantes. En España, la campaña de vacunación contra esta gripe pandémica se inició el 16 de noviembre de 2009 y terminó el 15 de marzo de 2010, con la administración de cerca de tres millones de dosis. En todo el mundo, entre septiembre del 2009 y junio del 2010 se administraron más de 350 millones de dosis.
Imagen de Johannes Jansson en Wikimedia Commons
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