Un cúmulo de recuerdos especiales y momentos espaciales

La verdad por delante: no tengo ningún momento espæcial. O, al menos, no tengo consciencia de ello. Lo que sí que guardo son recuerdos, experiencias y aprendizajes en los que los temas astronómicos y espaciales se han colado en mi cotidianeidad. 

Recuerdo estar con mis padres de pequeña en los pasillos de un Pryca o Continente y sonar su enorme teléfono móvil. Sería en 1996, según veo en Internet; entonces, yo tendría 6 años. Quien les llamaba era mi abuela, muy asustada porque en la tele acababan de avisar de que "venían los marcianos". La realidad era que en los noticiarios estaban informando del estreno de la película Independence Day (¿tal vez un guiño a La Guerra de los Mundos?). Yo no sé si antes de ese día era consciente o no de la posibilidad de vida en otros planetas. Lo que sí que recuerdo es a mis padres explicando que estas invasiones alienígenas no pueden reales. 


Por esa época llegó una nueva perrita a casa, y me dejaron escoger el nombre. Le puse uno muy original (spoiler, NO): Laika. ¿De dónde lo saqué? Eso ya no lo sé. Quizás lo contaron en algún episodio de 'El món d'en Beakman', pero la verdad es que no lo recuerdo. Y también sabía que existía 'el Meteosat' y que era 'algo del tiempo', porque en esa sección del Telenotícies siempre hacían referencias a 'imatges del Meteosat'. 


Recuerdo ver algún documental sobre el universo en el IMAX 3D de Barcelona. Recuerdo también las visitas con el colegio al Planetario de Castelló una o dos veces al año, coincidiendo con alguna excursión al teatro.


Un momento muy espæcial para mí fue el año 2000, cuando me llevaron a Disneyland París. Allí subí por primera vez a una montaña rusa, la Space Mountain De la Terre à la Lune. Así descubrí a Jules Verne y su avanzada visión de los viajes espaciales. 


Recuerdo el accidente del Columbia y la muerte de su tripulación, aunque he tenido que buscar el año, 2003.


Y de ahí al 2007, cuando comencé la licenciatura de Periodismo. En una sesión de la asignatura optativa de Divulgación de la Información Científica vino Fernando J. Ballesteros como invitado. El año antes había ganado el Premi Europeu de Divulgació Científica Estudi General con la obra Gramàtiques Extraterrestres (Bromera, 2006). En esa clase nos habló de los programas SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence) y nos descubrió las pareidolias. Mejor dicho: puso nombre a algo que todo el alumnado habíamos experimentado alguna vez. La imagen que encabeza este post es un ejemplo de pareidolia (encontraréis más en este enlace). 'Anyone Else Think This Looks Like the Cookie Monster?', preguntaban los responsables de la misión Messenger tras captar la imagen. 


Terminaré de describir este cúmulo de momentos espæciales recuperando uno de los primeros artículos que publiqué cuando hacía las prácticas en la Revista Mètode. Se trata de 'Cosmos: d’un viatge personal cap a una odissea espacial', y está dedicado a la nueva edición de esta serie de la mano de Neil deGrasse Tyson.

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