Los métodos de las ciencias

Afirmaba el científico y filósofo Mario Bunge en su obra clave La ciencia, su método y su filosofía (publicada en 1960), que «es menester no exagerar la diversidad de las ciencias al punto de borrar su unidad metodológica [...] Menos sostenible aún es la dicotomía ciencias deductivas-ciencias inductivas, ya que toda empresa científica –sin excluir el dominio de las ciencias formales– es tan inductiva como deductiva, sin hablar de otros tipos de inferencia». Sin embargo, tradicionalmente se describen dos líneas o dos maneras de adquirir el conocimiento: el empirismo y el racionalismo. Simplificando, l
a base del empirismo es la inducción y la del racionalismo, la deducción.

En el método inductivo, se parte de observaciones particulares para llegar a leyes y conclusiones generales. Es decir, se va de lo particular a lo general para generar nuevo conocimiento. En el método deductivo, el sentido del razonamiento es el inverso, de lo general a lo particular, de la ley o principio general al fenómeno particular que encaje en ese modelo previsto.

Mientras que en un paper la sección de 'Materiales y métodos' es muy importante, en las noticias científicas relacionadas con la difusión de los resultados pocas veces se hace referencia explícita al tipo de ciencia a la que pertenece la investigación. No obstante, el campo de estudio y la información que se incluye en la noticia pueden indicarnos el método seguido en la producción de conocimiento. 

Un equipo liderado por la Universitat de València y el también valenciano Instituto de Investigación Sanitaria La Fe ha identificado cinco genes relacionados con el desarrollo de la anorexia nerviosa a partir de las muestras biológicas de varias parejas de gemelas homocigóticas –idénticas–, en las que una de las hermanas sufre el trastorno y la otra no. Así, se parte de observaciones particulares mediante el análisis del genoma de las mujeres estudiadas para llegar a una conclusión general: los genes PPP2R2C, CHST1, SYNJ2, JAM3 y UBAP2 están implicados en la anorexia nerviosa.

En cambio, el trabajo de un grupo de científicos sobre la teoría unificada de los núcleos activos galácticos seguiría el sentido contrario. El equipo, liderado por la investigadora mexicana Violeta Gámez Rosas, parte de una cuidada elaboración teórica previa, la teoria de unificación (según leemos en la noticia, «aunque cuando se estudian desde la Tierra los núcleos activos de las galaxias representan una fauna diversa, hay un modelo teórico que intenta unificarlos a todos. Algunos brillan con intensidad visible como si fuesen estrellas y otros parecen más atenuados y requieren otros instrumentos para contemplarlos mejor, pero todos tienen una estructura básica, con un agujero negro inmenso en el centro rodeado por una nube de polvo y gas que lo alimenta, pero que también lo oculta»). El hallazgo de un agujero negro oculto en una rosca de polvo y gas encaja con el modelo previsto, refuerza esa teoría.

Foto de cabecera: de CDC en Unsplash


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