El picudo rojo también podría propagarse por zonas frías

Un estudio de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) muestra por primera vez que el picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) es capaz de desarrollar respuestas bioquímicas adaptativas para hacer frente a las bajas temperaturas.

En su trabajo, los investigadores Trinidad León-Quinto (Área de Zoología, Departamento de Agroquímica y Medio Ambiente, UMH) y Arturo Serna (Departamento de Física Aplicada, UMH) identifican diversas sustancias producidas por el picudo rojo para reducir las lesiones por el frío, similares a las utilizadas por los insectos invernantes. Los crioprotectores segregados son principalmente glucosa, glicerol y algunos aminoácidos como la alanina.

El picudo rojo, nativo de zonas cálidas, es una de las peores plagas de las palmeras a nivel mundial. Aunque la temperatura ambiental actúa como barrera para la distribución geográfica de los insectos, el calentamiento global puede facilitar que estos animales se extiendan a nuevas zonas. La expansión de los insectos plaga dependerá de su respuesta adaptativa a los periodos fríos y a las anomalías térmicas asociadas al cambio climático.

Las conclusiones de este trabajo de la UMH deben servir para mejorar el manejo de las plagas. En primer lugar, para actualizar los modelos de distribución del picudo rojo y «gestionar con éxito la posible expansión de esta plaga hacia nuevas áreas geográficas, especialmente en un contexto de calentamiento global», como indican los investigadores. El conocimiento de las moléculas protectoras también puede ser útil para tratar de evitar la respuesta adaptativa de estos insectos mediante la interrupción de las vías metabólicas que regulan las sustancias implicadas, ya sea por métodos naturales o químicos.

Para el estudio, se midió en larvas silvestres de picudo rojo sometidas a estrés por frío (5 ºC) la concentración de glucosa, trehalosa, glicerol y una amplia gama de aminoácidos libres en la hemolinfa –la 'sangre' de estos invertebrados–. Estos valores se compararon con los obtenidos en larvas que permanecieron a temperatura ambiente (23 ºC). Además, el efecto crioprotector de estas sustancias se comprobó a través de los niveles de potasio y sodio en la hemolinfa, uno de los indicadores comúnmente utilizados como medida del daño por frío.

La investigación ha sido financiada por la Universidad Miguel Hernández de Elche, a través del proyecto PAR UMH-2018-50OT0008RP, y los resultados han sido publicados recientemente en la revista internacional Insects

  • León-Quinto T, Serna A. Cryoprotective Response as Part of the Adaptive Strategy of the Red Palm Weevil, Rhynchophorus ferrugineus, against Low Temperatures. Insects. 2022; 13(2):134. https://doi.org/10.3390/insects13020134

Imagen de cabecera: Katja Schulz, en Wikimedia Commons

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