Las medidas de un test de antígenos

Medir, según la definición del diccionario de la RAE, es 'comparar una cantidad con su respectiva unidad, con el fin de averiguar cuántas veces la segunda está contenida en la primera'. 

Hay situaciones en las que la precisión no es demasiado importante. Por ejemplo, cuando en la receta de un bizcocho se nos dice "harina, la que admita". Y otras en las que un fallo en el sistema de unidades puede tener un desenlace bochornoso e incluso letal. Por ejemplo, la nave Mars Climate Orbiter se estrelló en Marte en 1999 debido a una confusión entre millas y kilómetros: "La sonda, construida para navegar según el sistema inglés, recibió antes del despegue las instrucciones de vuelo en el sistema métrico decimal". Y un error en la dosis de un medicamento fue, presuntamente, la causa del fallecimiento de un bebé hospitalizado en el Gregorio Marañón. Se le debían administrar 100 miligramos, pero se le dio un gramo; es decir, 1000 miligramos, 10 veces más que lo pautado.

En nuestro día a día usamos unidades -más precisas o menos- en muchas acciones. Al cocinar, al poner la lavadora, al lavarnos el cabello, al regar las plantas, si tomamos algún medicamento, al comprar ropa o calzado, cuando llenamos el depósito del coche o al hacernos un test de antígenos COVID-19, una actividad bastante frecuente en los tiempos que ahora vivimos. Destaco en negrita las medidas que se manejan en estas pruebas.

Para realizarnos un test rápido de saliva, debemos toser profundamente de 3 a 5 veces antes de escupir la muestra. El líquido, sin tener en cuenta las burbujas, debe alcanzar el nivel de la primera línea del tubo de plástico. Este es, pues, el volumen de la muestra.

Después, a esa muestra le añadimos todo el buffer. Tapamos el tubo y lo apretamos de 10 a 15 veces para mezclar bien los dos líquidos (saliva + buffer).

Una vez preparada la muestra, echamos 2 gotas en el orificio o ventana que hay en el test. Pasamos ahora a medir el tiempo de espera, que son 15 minutos. Necesitaremos, pues, un reloj o un temporizador.

Y llega el momento de leer el resultado, que vendrá definido según si aparecen 1 o 2 rayas. Una es la de control, que nos confirma que el test funciona. La segunda es la que nos indicaría el positivo en COVID-19. Si hay 0 rayas, olvídate de ese test: algo ha salido mal.

Otra magnitud que se debe tener en cuenta es la temperatura; en este caso, de almacenamiento. En los inviernos y veranos de temperaturas extremas, cada vez más frecuentes, hay que pensar muy bien dónde guardar los test, ya que se deben conservar entre los 2 ºC y los 30 ºC.

Foto de Roman Wimmers en Unsplash

Comentarios

  1. Buen repaso a todas las cantidades que hay que manejar en un test de antígenos. Es verdad que no hace falta mucha precisión, pero si alguna ;-)

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