Somos el meteorito de esta extinción

Se conocen como the Big Five, y son las cinco extinciones masivas de biodiversidad que han ocurrido a lo largo de la historia de la Tierra. Todas ellas, desde la que sucedió aproximadamente hace 440-438 millones de años hasta la más 'reciente', hace ya 65 millones de años, fueron causadas por fenómenos naturales o eventos ambientales importantes. Estos cinco episodios, explica Juan S. Monrós, director del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universitat de València, han hecho que a la línea creciente que se observa al representar en una gráfica el tiempo y el número de taxones existentes le hayan aparecido unos dientes de sierra más o menos importantes relacionados con descensos de la diversidad. 

El profesor de Ecología y Biogeografía David Galicia afirma que "no hay nada biológicamente excepcional en que las especies se extingan, sucede constantemente". La cuestión es que durante los eventos de extinción masiva "el número de desapariciones es extraordinariamente grande (normalmente se consideran pérdidas superiores al 75 % de la diversidad conocida) y se producen rápido". Hasta el momento, se han identificado cinco grandes eventos en los que la magnitud y velocidad de extinción "rompen la escala". Pero a estas cinco extinciones debemos sumar una sexta: la que estamos viviendo en estos momentos. Y tiene una gran diferencia respecto a las anteriores: está provocada por la humanidad

¿A qué se deben las grandes extinciones?

En la primera extinción (hace 440-438 millones de años), la teoría más aceptada apunta a una glaciación del planeta. La extinción se llevó a cabo durante un período de miles de años. La segunda (365-360 millones de años) se debería a uno o múltiples eventos a lo largo de 25 millones de años. La causa de la tercera (253 millones de años), la más grande de la historia de la Tierra, fueron varias erupciones volcánicas que liberaron gran cantidad de CO2 a la atmósfera y causaron un efecto invernadero. La cuarta (213-201 millones de años) fue una combinación de períodos de extinción masiva más pequeños que ocurrieron aproximadamente durante los últimos 18 millones de años del Triásico. Y la quinta, la más mediática, fue la que terminó con la mayoría de los dinosaurios, y también los reptiles voladores, la mayor parte de los reptiles acuáticos y los amonites. La teoría más aceptada sobre la causa de esta extinción, de la que no se conoce la duración exacta, es el impacto de un gran meteorito contra la superficie de la Tierra hace 65 millones de años. En la sexta extinción hay una particularidad: no está ocasionada por violentos procesos geológicos o por destructivos impactos de meteoritos. Son algunos habitantes del planeta, los seres humanos, los que están provocando la extinción del resto.

Autor: National Geographic Society

Otra diferencia, obvia, es que es la única extinción que estamos viendo, viviendo, los humanos. Estamos siendo testigos de un gran evento de extinción masiva, como alerta David Galicia. Pero no solo vivimos el inicio de algunas extinciones, sino cómo se van produciendo y los efectos de la gran extinción en curso, ya que otro rasgo que caracteriza a esta sexta extinción es su rapidez, mientras que en las cinco primeras fueron necesarias decenas de millones de años para acabar con gran parte de la biodiversidad, incluso en el caso del impacto del asteroide. Stuart L. Pimm, citado por Elías Gomis, señala que un 50% de los seres vivos estará en peligro de extinción en cien años de seguir a este ritmo destructor, y que unas 1.100 especies de aves de las 10.000 que se calcula que existen están al borde de la extinción y muy difícilmente sobrevivirán a este siglo.

Responsables de las extinciones actuales

"La actual tasa de extinción nos llevaría, en un tiempo geológico equivalente, a un impacto sobre la biodiversidad comparable al de las cinco grandes anteriores", escribe David Galicia. Según la profesora Luz Boyero en un artículo para The Conversation, "lamentablemente, la actual tasa de extinción de especies no tiene precedente histórico, e incluso podría estar superando a la de la última extinción masiva que ocurrió durante la transición Cretácico-Terciario, cuando los dinosaurios desaparecieron." Boyero explica que "las extinciones, junto con la especiación, forman parte del proceso de evolución y han ocurrido siempre por causas naturales. En el caso de las extinciones masivas han sido presumiblemente fenómenos catastróficos tales como el vulcanismo o los impactos de asteroides". Pero ocurre ahora que las personas son las responsables de "gran parte de las extinciones actuales", sea de manera directa (por ejemplo, a través de la caza) o indirecta (a causa de la destrucción de hábitat, los cambios climáticos o la introducción de especies exóticas que desplazan a las autóctonas).

En el mismo sentido escribe el profesor e investigador Alejandro Cerraeta en Mètode: "Los seres humanos estamos actuando ahora como un importante agente geológico a escala planetaria y nuestras actividades ya han modificado la trayectoria de muchos procesos clave de la Tierra. Algunos cambios asociados con el Antropoceno (como la tasa de extinciones o la translocación de especies) ya superan la variabilidad natural tanto del Holoceno como del periodo Cuaternario [...] Las últimas décadas han visto la transformación más rápida de la relación entre nuestra especie y el medio natural de toda la historia de la humanidad."

Amortiguar el impacto

¿Cuántas especies se están extinguiendo en la actualidad? No es fácil responder con cifras exactas, pero este par de artículos de divulgación nos dan pistas: 'El ser humano desencadena la sexta extinción masiva del planeta: 322 especies de vertebrados terrestres han desparecido desde el año 1500' (El País, 24/07/2014); 'Estamos extinguiendo plantas 350 veces más rápido de lo normal' (The Conversation, 31/10/2019). También interesante, y más reciente, es el estudio publicado en enero de 2022 en la revista Biological Reviews titulado 'The Sixth Mass Extinction: fact, fiction or speculation'. Este trabajo concluye que entre el 7,5 y el 13% de las especies conocidas pueden haberse extinguido ya desde aproximadamente el año 1500. 

A propósito de la película No mires arriba, Jesús Martínez-Frías publicó un artículo relacionándola con la sexta extinción: "Estas [cinco] extinciones fueron debidas a eventos geológicos y cósmicos. No obstante, en la actualidad el ser humano se está comportando como un sexto agente de extinción, contaminando ríos, suelos, acuíferos, mares, océanos, la atmósfera, deforestando los bosques, esquilmando las especies e influyendo muy negativamente en nuestro propio futuro". 

Ser la causa de esta sexta extinción nos da también la posibilidad, o la responsabilidad, de frenarla. Como afirma el oceanógrafo y divulgador científico Jean-Baptiste de Panafieu, coautor de la novela gráfica Extinciones, el crepúsculo de las especies, "los dinosaurios no tuvieron oportunidad de entender lo que estaba pasando. Nosotros no tenemos un destino predefinido, pero podemos darnos cuenta de lo que está pasando". Porque en esta ocasión, a diferencia de las cinco anteriores, "no estamos ante un impacto de un asteroide, un fenómeno geológico global o circunstancias astronómicas incontrolables". De hecho, en the Big Five simplemente no estábamos. Pero ahora estamos y somos. Aunque no todos por igual, somos el meteorito de esta extinción y está en nuestras manos amortiguar el impacto. 

Fotografía: de Justus Menke en Unsplash 

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